jueves, 3 de abril de 2014

La impunidad de la política mexicana

Si por algo se caracteriza el sistema político mexicano es por el alto grado de impunidad en los actos que se cometen, sea en su seno o de manera periférica pero relacionada a éste. Sobre esta constelación de impunidades que se ciernen desde e incluso antes de que México fuese país, es normal leer -para justificar la inacción- en los diarios y declaraciones políticas las siguientes palabras y compuestos: “descuido del juez” “amparo” “libre bajo fianza” “un error del ministerio público” “fuero” “hasta que se realicen las investigaciones correspondientes” “falta de pruebas” entre otros…

Esta ausencia de efectividad (y) de la justicia, se puede explicar por dos cuestiones: por un lado, en la política mexicana es más “barato” o existen mayores incentivos para realizar actos fuera de cualquier marco legal que apegarse a tal; por el otro, la justicia es una especie de “segundo recurso” por parte de los actores políticos, el primero es y siempre será la política.
Esto nos puede dar paso a explicar por qué están libres algunos exgobernadores, expresidentes y políticos en general que acumulan denuncias por: tráfico de influencias, complicidad con el crimen organizado, desapariciones forzadas, desvío de recursos, usurpación de funciones entre tantas otras joyas obscuras. Resulta increíble que, a pesar de una realidad de asesinatos de líderes políticos, desapariciones, desastres por negligencia, evasiones fiscales, acumulación inexplicable de riquezas, nepotismos comprobados, crecimiento y consolidación de crimen organizado, blanqueo de capitales…NO exista a la fecha una autoridad política sancionada.      

Chivo expiatorio o el fetichismo del culpable absoluto

Ha sido constante como ritual de sacrificio, el hecho de aprehender a un cabecilla sindical, figura pública o un infeliz desconocido para ponerlo ante la mirada pública, como sustituyendo una estrategia de seguridad o causa de justicia por una estrategia mediática. Cada sexenio al menos, llega uno o dos que son presentados como íconos degradados de pasadas administraciones y cuya cabeza es exhibida como muestra de que, quien los detiene, no está dispuesto a ser coparticipe.
Al contrario de las propiedades de la materia, un “chivo expiatorio” no se destruye ni se transforma, sólo se crea y se hace creer. En este escenario de opacidad, el ideal civilizatorio de justicia es sustituido por señales de advertencia para los adversarios políticos, la justicia es, un instrumento de hostigamiento y no de cohesión social.
Puede haber fallas estructurales, prácticas y hábitos que perpetúen una espiral de corrupción en el seno de organizaciones, como tal, resolver o disolver resulta tarea titánica y pantanosa, lo más fácil y redituable es encontrar un culpable absoluto y el chivo expiatorio es la respuesta a todos los “males”.  

Consecuencias

Esta espiral de impunidad que parece ser el engrane perfecto del funcionamiento (la corrupción es el aceite, dicen) del sistema político mexicano, tiene consecuencias, no siempre agradables, una de ellas es como considera el politólogo O`Donnell en su obra Transiciones desde un gobierno autoritario la falta de moralidad en la esfera pública, esto provoca entre otras cuestiones, que la diferencia entre quienes corrompen delincuencial y políticamente sea nítida, de suerte tal que la diferencia entre apoyar a un “cartel” o a un “partido político” sea igual de legítima en el marco del desprestigio de las instituciones políticas y de justicia, por lo cual, se hace necesario revertir esta tendencia, dado que, si la población no distingue entre delincuentes del orden común y políticos, lo que tenemos –como hoy en día- es una complicidad social silenciosa y autoconsiderada legítima con el crimen.

Otra consecuencia funesta, es sin duda, la pérdida de legitimidad de las instituciones políticas, de tal manera que los ciudadanos se tornan escépticos respecto a la pertinencia de sus instituciones en la vida cotidiana. 

La cohesión y el consenso pesan más que la coerción, por lo que no se debe dudar en priorizar aquellas instituciones que cohesionan la conducta de los ciudadanos sobre aquellas que coercionan. No siempre la fuerza otorga autoridad, a lo mucho dominación y entre estas dos siempre hay que cuidar las distancias. Se puede decir que, nuestras instituciones están dando un giro hacia la dominación coercitiva por encima de tener una autoridad que cohesione.


Lo peligroso aquí, es que en la política, la impunidad se ha vuelto cohesión y la justicia coerción.

lunes, 17 de marzo de 2014

Médicos: ¿Culpables de todo?

En los últimos meses se han difundido a nivel nacional varias noticias sobre personas a quienes se les negó atención de urgencias en establecimientos públicos, sobre todo mujeres embarazadas. Estos problemas llevan mucho tiempo ahí, pero no se había querido verlos, mucho menos encontrarles una explicación profunda y solución.

La semana pasada se dio a conocer que un grupo de senadores del PAN propusieron imponer una serie de castigos a los trabajadores de la salud que se negaran a atender este tipo de urgencias, sin embargo algunas de las penas propuestas ya están contempladas en el  Artículo 469 de la Ley General de Salud, como se indica a continuación:

Al profesional, técnico o auxiliar de la atención médica que sin causa justificada se niegue a prestar asistencia a una persona, en caso de notoria urgencia, poniendo en peligro su vida, se le impondrá de seis meses a cinco años de prisión y multa de 125 días de salario mínimo general vigente en la zona económica de que se trate y suspensión para ejercer la profesión hasta por dos años.  Si se produjere daño por la falta de intervención, podrá imponerse, además, suspensión definitiva para el ejercicio profesional, a juicio de la autoridad judicial.

A propósito, respecto al traslado de urgencias, la misma ley establece a través del artículo 55 que:

Las personas o instituciones públicas o privadas que tengan conocimiento de accidentes o que alguna persona requiera de la prestación urgente de servicios de salud, cuidarán, por los medios a su alcance, que los mismos sean trasladados a los establecimientos de salud más cercanos, en los que puedan recibir atención inmediata, sin perjuicio de su posterior remisión a otras instituciones.

Es decir que cualquiera que presencie una urgencia médica, debe procurar el traslado hacia el nosocomio más cercano ya sea público o privado. En este mismo sentido y avocándonos al tema que ha causado polémica, respecto a las urgencias en el embarazo, tenemos lo siguiente:

Artículo 61.- (…) “La atención materno-infantil tiene carácter prioritario” (…)
Por lo tanto, si fuera necesario elegir a quién atender en primera instancia entre un grupo de pacientes, las embarazadas en peligro tendrán preferencia.

Sobre los puntos anteriormente expuestos debemos resaltar que uno de los grandes obstáculos para la atención médica de la población es nuestro todavía desorganizado sistema de atención prehospitalaria, que se compone de aspectos como transporte, comunicaciones, capacitación, etc.

Con los artículos mencionados podemos darnos cuenta que existe la legislación al respecto, pero se debe entender que los métodos punitivos hacia los médicos, por si solos, no cambiarán las fallas de un sistema que involucra a muchos más actores.  La salud de los mexicanos por supuesto depende  también de quienes establecen las políticas de salud, los que administran recursos, los que forman a los profesionales en la materia, los que capacitan a la población para el cuidado de su salud y obviamente los mismos ciudadanos.

Para que una mujer embarazada o cualquier otra persona llegue a encontrarse en situaciones de salud tan trágicas como de las que hemos tenido noticia, debieron haber fallado en repetidas ocasiones más de uno de los integrantes del sistema que enunciamos, atomizar la culpa en el personal médico es pretender “tapar el sol con un dedo”, como si del incendio, se culpara a los bomberos.

Uno de los problemas en el fondo de esta situación son las complicadas condiciones en las que laboran la mayoría de médicos del sector público, que incluyen: sobrecarga de trabajo, carencia de materiales, sistemas jerárquicos autoritarios e intransigentes y procesos burocráticos ineficaces e ineficientes.

En lo que respecta a los cuestionables tratos que brinda una parte del personal hospitalario a los pacientes, es justo decir que ello también fiel reflejo de las condiciones actuales de la sociedad en la que vivimos, las actitudes hostiles y la crisis de valores en este grupo no ha sido la excepción y por tanto han ido en aumento.

Yendo un poco más allá, nos preguntaríamos ¿Ha aumentado el porcentaje de médicos negligentes? La experiencia parece demostrar que sí. ¿La solución es correrlos y cambiarlos por otros?... Muchas veces nos encontraríamos con el mismo problema. Debemos fijarnos más bien de qué forma y en qué condiciones estamos formando a los futuros médicos en las facultades, incluso antes, desde la orientación vocacional hacia cualquier carrera del área de la salud.

La concientización tanto de la población como de los involucrados en el sistema de salud sobre la importancia de la prevención en un sentido amplio y la atención oportuna es la mejor arma para los grandes problemas de salud pública del país.
Todos, como sociedad, somos parte del problema y parte de la solución, responsabilidad que nos exige hacer un análisis serio de este y otros problemas.

Autor: Médico José Antonio Paulín Badillo


martes, 9 de abril de 2013

La importancia de las penínsulas



La península como espacio geográfico es una porción sobresaliente de tierra rodeada de agua pero conectada con el territorio continental. En el mundo son muchas las penínsulas que ocupan un espacio privilegiado en la dinámica comercial y política internacional, de hecho es muy rara la ocasión en que una península no tiene algún alcance regional o geopolítico, aunque en este punto cabe hacer una aclaración pertinente y realista: Indudablemente la geografía de un espacio “ayuda” a proyectar los intereses de un país o países implicados pero la importancia que adquiere un territorio depende en gran medida en cómo se administra.
Así, haciendo un recorrido por el mundo, podemos resaltar algunas de las penínsulas más importantes. Por ejemplo, en Europa tenemos la península Itálica que históricamente ha servido a sus habitantes como pivote de control sobre el mar mediterráneo y el norte de África. También podemos señalar a tres penínsulas que han confluido históricamente entre Asia y Europa, hablamos de la Península de los Balcanes que a su vez contiene a la subpenínsula Helénica (La actual Grecia) y la Anatolia (actual Tuquía); Históricamente estos tres territorios albergaron a grandes imperios –griegos, bizantinos y otomanos-, sirviendo además de punto de conexión cultural, contención militar y proyección político-económica entre Medio Oriente y Europa.
En el otro extremo del continente europeo se encuentra la península Ibérica con su ubicación estratégica –entre el mar mediterráneo, Europa y África así como su tradicional proyección sobre el total del Atlántico, no está demás mencionar que también albergó a dos potencias marítimas que llegaron a dominar la mayor parte de América.
Ubicándonos en Asia, entre las penínsulas de mayor importancia se encuentra la arábiga –cuna del Islam- y que alberga actualmente –además de Yemen- a potencias petroleras como Arabia Saudíta, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Catar y Omán; la península del Indostán ocupada en su mayoría por la potencia emergente de India, la península de Indochina rica en biodiversidad y recursos naturales así como también la histórica península de Corea que alguna vez unificada -ahora dividida- encuentra dos realidades distintas: Corea del Sur como promesa del comercio internacional y Corea del Norte como foco internacional de tensión implicando en el proceso a otros países como la misma Corea del Sur, Rusia, China, Japón y Estados Unidos.

Las penínsulas mexicanas

México es quizá el único país del mundo en contar con dos penínsulas de ubicación privilegiada en su mismo territorio, la península de Yucatán que es nuestra ventana al Atlántico, rodeada por el golfo de México y el mar Caribe, así como la península de California cuya prolongación forma -junto con el resto del territorio nacional- el golfo de California, ubicándose entre el mar de Cortés y el océano Pacífico.
Posiblemente México sea parte de los países que son ejemplo de una centralizada administración del territorio, relegando a sus extremos –si bien les va- a ser un enclave fronterizo y en ocasiones económico pero no ubicándolos en su verdadera dimensión como pivote de desarrollo y proyección de intereses.
En nuestro imaginario la península de Yucatán es un lugar de gran importancia turística por sus bellas playas y riquezas arqueológicas incomparables, de ella sabemos cuando nos hablan de las ciudades de Cancún, Mérida o Campeche o bien, cuando se menciona a Chichen Itzá, Tulum o Calakmul, pero la realidad es que es mucho más que eso.
Una de las mayores reservas de petróleo de México se sigue ubicando en aguas de Campeche así como una de las grandes reservas de la biósfera conocida como  el corredor mesoamericano. En lo que respecta al mar Caribe, en aguas de Quintana Roo se encuentra parte del segundo arrecife de coral más grande del mundo. Sin olvidar el aspecto económico internacional, su ubicación le permitirá disponer en un futuro de integrar y confluir en el triangulo Florida-Cuba-Yucatán que desde épocas de la conquista ha sido clave así como también de una mayor integración con el resto del Caribe.
Respecto a la península de Baja California, tiene entre sus virtudes, contar con una frontera con el país más poderoso del mundo, ser frontera directa con la sexta economía mundial (California), tener importantes recursos ictícolas, mineros e incluso energéticos desde el punto de vista renovable como lo son la energía solar y eólica, así también podemos plantear que tiene respecto al resto del país la mejor ubicación de cara al siglo XXI, si gran parte del crecimiento del mundo se situó durante poco más de quinientos años en el océano Atlántico, el Pacífico lo será al menos durante los próximos 100 años y las Baja Californias no pueden quedar al margen, si bien proyectos como el de Punta Colonet se clasificaron como inviables dadas las condiciones contextuales y la falta de inversión privada, no deja de ser una posibilidad de inserción global.
Sin ánimo de plantear espejismos, es de considerarse los contras que puede tener el desarrollo a escala global de la península de Baja California y Yucatán ya que ambas regiones tienen un considerable reto ambiental dado que los ecosistemas que los rodea penden de un delicado equilibro, así también, las circunstancias internacionales o regionales pueden no ser todavía un punto de inflexión para ambas penínsulas pero es de considerarse que habrá que tomarlas en cuenta; que no nos pase como hace 150 años, que empezamos a valorar un territorio una vez que lo habíamos perdido, en pocas palabras, es estar consientes de lo que tenemos y saber usarlo a favor de todos, no es casualidad que dos grandes proyectos económicos trasnacionales se encuentren en ambas regiones: Dragon Mart en Quintana Roo y el todavía convaleciente Cabo Cortés en Baja California Sur.

martes, 19 de marzo de 2013

El hombre: ¿bueno o malo por naturaleza?

Estos tiempos son indudablemente convulsos. Al relativizarse todo, cualquier cuestión -por muy antagónica que sea- parece tener fronteras inexactas, a ello no escapa por supuesto el hombre, ¿Es el hombre un ser bueno por naturaleza? O por el contrario ¿Es el hombre el lobo del hombre como sostenía Hobbes? Estas preguntas -de origen filosófico- han permeado en los orígenes de ciencias tan intrincadas pero separadas entre sí como lo son la sociología, la ciencia de la política, la psicología, la antropología, y muchas otras que tienen por objeto de estudio al hombre y cualquier cosa que lo implique. 
En lo personal querido lector, he de confesar que aunque ingenuo parezca, me sigo decantando por la noción del hombre bueno, sé que las guerras, las atrocidades colectivas y personales parecen no dar razón de ello, pero qué mejor que abordar al hombre con dos clásicos como los son David Hume y Kant. 
Para David Hume, el hombre se conforma de pasiones positivas y negativas, si bien la razón sirve para establecer verdades demostrativas así como las relaciones de causa y efecto entre objetos y sucesos (Rawls, 2007), también puede mediante el proceso de deliberación –entendido como la capacidad de discernir- regular dichas pasiones; dicho de otro modo y fundamentado por Kant, el hombre tiene la capacidad de sobreponerse a sus deseos ya que posee mediante la razón práctica una facultad electiva para determinar a partir de cuál de estos deseos actuar (Rawls, 2007). Pero, ¿si el hombre es bueno por naturaleza y la razón lo ayuda en este cometido, a qué se deben esos desvaríos de maldad? Al respecto Hume sostiene que el ser humano tenía en el estado salvaje ciertas virtudes naturales como la benevolencia, el amor a la vida y la generosidad, pero ciertamente la generosidad individual es limitada y no es suficiente para la generosidad en sociedad, dado que el egoísmo y la escases de recursos en la naturaleza son fuertes condicionantes para el actuar del individuo, sobre todo cuando éste se encuentra ante una serie de incertidumbres; ¿Podemos sostener -aprovechando este argumento- que la existencia del Estado responde a este espíritu? Probablemente sí, ya que ante la limitada bondad humana, fue necesaria la creación -mediante un conjunto de normas- de virtudes artificiales como la justicia, la fidelidad y la honradez, como Rawls sostiene: su creación fue hecho con el propósito de guardar cierta certidumbre y tranquilidad –en principio-respecto a nuestros seres queridos. Pero volviendo a lo que nos concierne (el hombre bueno) surge otra última pregunta para abordar ¿qué papel ha jugado la naturaleza en la conformación del hombre desde su esencia misma? Inspirado en Kant podríamos responder a esta pregunta argumentando que de ser la naturaleza del hombre la de un ser malo, la naturaleza misma lo habría condenado a la extinción o bien, dotado de herramientas instintivas más simples pero efectivas para ejercer sus cometidos, pero el hombre tiene la capacidad de ser bueno no sólo porque así fue constituido de principio, sino porque también la razón contribuye a configurar lo que Kant llamó la “buena voluntad” cuyas características se distinguen por dos cuestiones: la primera reside en que el ser humano es “fin de los fines” en virtud de su capacidad de cultura y facultades como personas morales, y la segunda, que con la “buena voluntad” se otorga sentido a nuestra vida y al mundo mismo (Rawls 2007). Más allá de la cursilería, sin importar el credo, el hombre es y deberá ser bueno, ahí reside la razón de su existencia.

lunes, 11 de marzo de 2013

Lo público y lo privado


En los últimos años ha estado de moda el combinar política con espectáculos y más si se trata de la formula: político + actriz/cantante; respecto a ello surge inevitablemente la necesidad de reflexionar sobre esta supuesta dicotomía (público-privado). Basándonos en Laclau esta relación puede debe ser vista como una frontera inestable que constantemente es atravesada, en la que la autonomía personal incorpora planteos públicos;  Si nos inspiramos en esta definición  inevitablemente cabe la siguiente pregunta ¿Una relación amorosa/amistosa atraviesa la autonomía personal para volverse un asunto de interés público? Es más, si quisiéramos abordar lo público y lo privado desde otro punto de vista –que incluso resulta contrario al de Laclau- podríamos recurrir a Richard Rorty cuando define lo privado como nuestras obligaciones hacia nosotros mismos y lo público a la preocupación por los efectos de dichas obligaciones en los demás; nuevamente es inevitable plantearse la siguiente pregunta bajo este diferente supuesto: ¿Una relación amorosa/amistosa cuyas obligaciones conciernen a los involucrados directamente tiene algún efecto sobre los demás?  La respuesta a ambas preguntas resulta un fundamento efímero pero válido al momento de replantearnos el por qué NO debe ser de interés público una relación de orden privado.
¿Qué tanto nos importa si X o Y actor político tiene una relación con X o Y celebridad? ¿Qué tanto aporta al debate político si X o Y actor político le va a X o Y equipo de futbol? En efecto nada, pero tampoco podemos ser ingenuos, la cultura política mexicana combina ciertos rasgos de dominación tradicional y  carismática, por lo que aspectos tan superficiales pueden influir con mayor fuerza en las simpatías que aquellos otros aspectos como la educación o la honestidad.
Lo curioso de nuestra incipiente y limitada democracia reside en que los asuntos de orden privado (relaciones amorosas, eventos familiares, filias y fobias personales entre otros) de ciertos actores políticos permean e incluso llegan a influir en el ámbito público y la ironía reside nada más y nada menos en que muchos asuntos de importancia pública parecen más un asunto de orden privado (las concertacesiones, los pactos, las alianzas partidistas y muchos otros tantos asuntos) con lo que la tendencia parece invertirse: en México lo privado importa que sea público siempre y cuando marque o parezca marcar tendencia positiva a favor de cierta causa o persona o bien genere una curiosidad superior la media, en cambio lo público en lugar de hacerse más público parece evolucionar hacia un asunto privado, donde son los menos los que llegan a conocer su verdadera naturaleza.
Al respecto cabe reflexionar y plantearnos si nos importa más la vida privada o los actos de la vida pública de un actor político, porque lo que es un hecho, es que mientras el poder se ejerza de manera carismática y vertical, su actuar (el del político) en la vida pública puede llegar a influir en dos dimensionas en la nuestra: en nuestra vida privada y en la convivencia que tengamos en la vida pública, así que ¡cuidado!, por más difícil que ello suene, la próxima vez que vea un espectacular de alguna figura pública teniendo una celebridad a su lado, pregúntese: ¿qué asunto de importancia pública dejo de hacer mientras posaba?

sábado, 29 de diciembre de 2012

Los materiales y los espacios


Uno puede separar la historia de la prehistoria a partir de la invención de la escritura, lo que en términos socio-históricos podríamos denominar: la “institucionalización del legado”; El hombre dominó primero los materiales emanados de la naturaleza, los controló y reprodujo, se asentó una vez que las herramientas le permitieron adaptarse a su entorno, a la postre y con el crecimiento de las tribus, buscó dominar la tierra y su expansión, por si esto no bastara, fue a la conquista del mar, bien reza la frase “quien es dueño de los mares, será dueño del mundo” y en efecto así fue con los grandes imperios de la antigüedad y así lo seguirá siendo.

A principios de siglo XX la invención del avión trajo como consecuencia una percepción del espacio aéreo como elemento estratégico para ganar las guerras y el comercio internacional, aprovechando esta inercia, fue más tarde el "espacio exterior" el merecedor de todas las atenciones y desarrollos científicos: los transbordadores, los satélites, las estaciones espaciales, las misiones de exploración, todo con el propósito de responder un sinfín de preguntas, proyectar poder y avanzar en el dominio de aquello que nos rodea.

Ahora en el tiempo los nanoespacios, existen nuevos circuitos de comunicación que han cobrado ya una importancia relevante para la seguridad como lo es el Internet  Sin tener que ser “tangibles” estos elementos espaciales y temporales empiezan a influir en el curso de la humanidad ¿cómo un conjunto de fibras ópticas han cambiado la manera de vivir el mundo? No olvidemos que es el uso y abuso del ser humano lo que tiene en boga a dicha invención bélica (Internet). Sin duda el análisis de la problemática social, mecánica y espacial devenida de campos como el Internet o las telecomunicaciones tendrán que tener otro campo de explicación que complemente los sucesos teorizados tradicionalmente por las ciencias sociales y exactas. Un ejemplo es la evolución de la física y el estudio de los materiales, ya que una vez que el hombre entró en materia de electromagnetismo y la onda sonora toda relación espacial y temporal cambió al estudiar la materia.

Actualmente existe un cambio visible en el modelo de producción y se ha pasado de la dependencia unimaterial de un elemento a la combinación de materiales para tener mejores resultados. ¿Abaratar los costos? ¿Optimizar? Sin duda la economía se complejizó a la par del uso de nuevos materiales y no tanto por la acumulación de riquezas. De ahí que la existencia de las llamadas “tierras raras” sea objeto de disputa comercial entre países y trasnacionales, basta con buscar el uso de sus derivados para las nuevas tecnologías.

¿Es el hombre un ser insaciable? ¿Curiosidad lo que nos mueve? Sin duda la conquista de nuevos “espacios” solo pudo ser posible a partir del dominio “material” de los medios, por lo que surge una  premisa existencial: el hombre a diferencia de su entorno, tiene la posibilidad de dirigir, controlar y disuadir la energía existente, moldear la materia, proyectarla y combinarla, la cuestión es, si está siendo responsable de dichos cambios y si nos atenemos por lo tanto a las consecuencias. 

Indudablemente siempre nos quedarán más dudas que respuestas, pero eso esta bien, habrá que responderlas con paciencia, escepticismo y algo de fe.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Las endebles democracias locales


Era el año 2000 cuando Vicente Fox llegaba a la presidencia de la República, para entonces una buena parte de la opinión pública daba por hecho la “llegada de la democracia” y de alguna manera la alternancia se había dado a nivel federal, pero en los gobiernos locales quedaba mucho por hacer. 

Hasta la fecha, en estados como Tamaulipas, Veracruz y Quintana Roo no se conoce de otros gobiernos que no sean los del PRI y los que apenas tienen gobiernos de distinto partido, como Oaxaca y Puebla, tienen gobernadores con antecedentes priistas, cosa que no es de extrañarse, dado que el Revolucionario Institucional fue durante mucho tiempo el centro de formación de capital político dada su visible hegemonía y estructura.

Si el avance de la democracia a nivel federal ha sido lento, en la mayor parte de los estados de la República todavía quedan visibles rasgos de falencias democráticas que se reflejan entre otras cosas en:

a) La cooptación y/o censura de la mayor parte de la prensa local

b) Altos niveles de impunidad política y delincuencial

c) Opacidad en los procesos administrativos y hostigamiento a la oposición política

d) Cacicazgos locales que se reflejan en los gobiernos municipales (no importa el partido) y susceptibles de subordinarse al gobierno estatal. 

e) Órganos empresariales, instituciones educativas y organismos no gubernamentales  cooptados o bien con poca influencia en las decisiones del poder político.

f) Centralización de los principales procesos políticos, sociales y económicos en la capital del Estado.

g) Bipartidismo y/o en su defecto, partidos locales de oposición con poca organización y cobertura política.

h) Congresos locales cooptados por el Ejecutivo (sin importar si el partido dominante tiene mayoría absoluta).

i) Presencia simbólica más no efectiva del gobierno federal a través de las distintas delegaciones.

La alternancia de partidos a nivel local reprodujo en parte las falencias que tuvo el proceso de alternancia federal tanto por motivos de carácter político como contextual. 

Lo que podemos comprobar es que al momento de ejercer el poder se disipan las ideologías y los colores, casos como los de Guerrero, Tlaxcala y Zacatecas son una pequeña prueba, es decir, para considerar que existen condiciones democráticas no basta el cambio de partido.

Cabe aclarar que sería básico y reduccionista otorgar una completa culpa a los gobiernos locales por dicho fenómeno. De alguna manera el poder no es estático y fluye constantemente en el espacio público ya que la defensa y la consolidación de las libertades y derechos no sólo se ganan, se mantienen. El ingrediente democrático que se va dando de manera incipiente a nivel local es la participación ciudadana como contrapeso al poder político, entendiendo esto no como la ciudadanía que polariza con el gobierno, sino como aquella capaz de generar tres elementos indispensables: una agenda pública compartida, propuestas de carácter técnico y político e interlocutores que puedan tender  puentes de comunicación horizontales entre sociedad y gobierno. Ante la ausencia de estos aspectos será muy complicado que entre todos los actores políticos involucrados se construyan verdaderas democracias locales. Falta mucho camino, más aún porque solemos distraernos con los sucesos y procesos federales, pero la verdadera lucha por el cambio empieza en casa.