lunes, 17 de marzo de 2014

Médicos: ¿Culpables de todo?

En los últimos meses se han difundido a nivel nacional varias noticias sobre personas a quienes se les negó atención de urgencias en establecimientos públicos, sobre todo mujeres embarazadas. Estos problemas llevan mucho tiempo ahí, pero no se había querido verlos, mucho menos encontrarles una explicación profunda y solución.

La semana pasada se dio a conocer que un grupo de senadores del PAN propusieron imponer una serie de castigos a los trabajadores de la salud que se negaran a atender este tipo de urgencias, sin embargo algunas de las penas propuestas ya están contempladas en el  Artículo 469 de la Ley General de Salud, como se indica a continuación:

Al profesional, técnico o auxiliar de la atención médica que sin causa justificada se niegue a prestar asistencia a una persona, en caso de notoria urgencia, poniendo en peligro su vida, se le impondrá de seis meses a cinco años de prisión y multa de 125 días de salario mínimo general vigente en la zona económica de que se trate y suspensión para ejercer la profesión hasta por dos años.  Si se produjere daño por la falta de intervención, podrá imponerse, además, suspensión definitiva para el ejercicio profesional, a juicio de la autoridad judicial.

A propósito, respecto al traslado de urgencias, la misma ley establece a través del artículo 55 que:

Las personas o instituciones públicas o privadas que tengan conocimiento de accidentes o que alguna persona requiera de la prestación urgente de servicios de salud, cuidarán, por los medios a su alcance, que los mismos sean trasladados a los establecimientos de salud más cercanos, en los que puedan recibir atención inmediata, sin perjuicio de su posterior remisión a otras instituciones.

Es decir que cualquiera que presencie una urgencia médica, debe procurar el traslado hacia el nosocomio más cercano ya sea público o privado. En este mismo sentido y avocándonos al tema que ha causado polémica, respecto a las urgencias en el embarazo, tenemos lo siguiente:

Artículo 61.- (…) “La atención materno-infantil tiene carácter prioritario” (…)
Por lo tanto, si fuera necesario elegir a quién atender en primera instancia entre un grupo de pacientes, las embarazadas en peligro tendrán preferencia.

Sobre los puntos anteriormente expuestos debemos resaltar que uno de los grandes obstáculos para la atención médica de la población es nuestro todavía desorganizado sistema de atención prehospitalaria, que se compone de aspectos como transporte, comunicaciones, capacitación, etc.

Con los artículos mencionados podemos darnos cuenta que existe la legislación al respecto, pero se debe entender que los métodos punitivos hacia los médicos, por si solos, no cambiarán las fallas de un sistema que involucra a muchos más actores.  La salud de los mexicanos por supuesto depende  también de quienes establecen las políticas de salud, los que administran recursos, los que forman a los profesionales en la materia, los que capacitan a la población para el cuidado de su salud y obviamente los mismos ciudadanos.

Para que una mujer embarazada o cualquier otra persona llegue a encontrarse en situaciones de salud tan trágicas como de las que hemos tenido noticia, debieron haber fallado en repetidas ocasiones más de uno de los integrantes del sistema que enunciamos, atomizar la culpa en el personal médico es pretender “tapar el sol con un dedo”, como si del incendio, se culpara a los bomberos.

Uno de los problemas en el fondo de esta situación son las complicadas condiciones en las que laboran la mayoría de médicos del sector público, que incluyen: sobrecarga de trabajo, carencia de materiales, sistemas jerárquicos autoritarios e intransigentes y procesos burocráticos ineficaces e ineficientes.

En lo que respecta a los cuestionables tratos que brinda una parte del personal hospitalario a los pacientes, es justo decir que ello también fiel reflejo de las condiciones actuales de la sociedad en la que vivimos, las actitudes hostiles y la crisis de valores en este grupo no ha sido la excepción y por tanto han ido en aumento.

Yendo un poco más allá, nos preguntaríamos ¿Ha aumentado el porcentaje de médicos negligentes? La experiencia parece demostrar que sí. ¿La solución es correrlos y cambiarlos por otros?... Muchas veces nos encontraríamos con el mismo problema. Debemos fijarnos más bien de qué forma y en qué condiciones estamos formando a los futuros médicos en las facultades, incluso antes, desde la orientación vocacional hacia cualquier carrera del área de la salud.

La concientización tanto de la población como de los involucrados en el sistema de salud sobre la importancia de la prevención en un sentido amplio y la atención oportuna es la mejor arma para los grandes problemas de salud pública del país.
Todos, como sociedad, somos parte del problema y parte de la solución, responsabilidad que nos exige hacer un análisis serio de este y otros problemas.

Autor: Médico José Antonio Paulín Badillo


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